En el presente texto se abarcan las personalidades y cómo esto se ve directamente relacionado con la confrontación de la muerte de un ser querido.
Las personalidades
y sus duelos
El duelo, proceso tan abrumador y desgarrador que
afecta todos los aspectos de un ser humano, no solo en una dimensión física,
sino también cognitiva y filosófica, es la causante de comportamientos
peculiares, los cuales se encuentran contenidos en diversas etapas. Durante una
pérdida, todo ser humano reacciona de diversas maneras, lo cual se ve
influenciado por la personalidad de cada individuo.
De acuerdo a Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra
suizo-estadounidense, la cual estableció:” El duelo se vive en cinco
principales etapas consideradas estados mentales” se puede afirmar que no
necesariamente todas las personas lo viven del mismo modo, ya sea porque no experimentan
todos estos procesos o sencillamente se quedan estancadas en alguna de estas.
Muchas de las personas quieren aplazar el dolor, porque
no aceptan la realidad que un ser se ha ido de este mundo, entonces usan el
estado de negación, pues es el que les permite que el cambio de ánimo no sea
tan fuerte al punto de que no los dañe. Este estado es característico de
personas muy frágiles emocionalmente, puesto que seguido de este es más
frecuente vivir una depresión, y no es muy usual que se llegue a una aceptación
de los hechos.
Por otro lado, se encuentra la ira como medio de
liberación, buscando culpables debido a la frustración que produce saber que la
muerte no tiene vuelta atrás. Así mismo, la negociación nos hace comprometernos
cambiando nuestro estilo de vida y reformarnos, imaginando que al hacer esto,
una entidad divina nos prolongará la vida. La ira es propia de personas con un
temperamento muy fuerte, con el cual ellos pretenden liberar todos los
sentimientos que tienen reprimidos. Personas con antecedentes de problemas familiares
tambien sufren esta etapa.
La depresión y la aceptación son consideradas las
etapas más controversiales de este complejo proceso, en donde la primera nos
hace experimentar una fuerte tristeza, ya que nos hace vivir el presente con
una profunda sensación de vacío y es esta en la cual muy pocas personas son
capaces de superar fácilmente. Seguidamente, la etapa de la aceptación se
conoce por ser muy poco lograda y es aquí en donde se vive un verdadero
sentimiento de superación y afrontamiento. La depresión es usualmente vivida
por personas con fuerza de voluntad muy débil, las cuales decaen rápido y se
preocupan demasiado, en cambio, la aceptación es presenciada por individuos muy
fuertes que saben y son conscientes de que la muerte es algo natural; para
ellos es fácil aceptar la realidad tal y como es. Estas personas se pueden
consideran las que están preparadas para este tipo de sucesos.
Posterior al duelo, la mayoría de personas participan
del luto, el cual es una muestra exterior donde se evidencia el dolor y pena
causados por la muerte, el cual se manifiesta en el uso de ropa negra y
determinados objetos y adornos. El más claro ejemplo del luto de una persona se
vive en el entierro, donde todos procuran vestir de aquellos colores como
símbolo de respeto. En cada persona se observa el estado de duelo por la forma
en la que actúa, su expresión facial y vestimenta. Por ejemplo, el reconocido
hijo de Diomedes Díaz, Rafael Santos, en el entierro de su padre presentó una actitud respetuosa y una vestimenta distintiva del luto el cual presenciaba.
En conclusión, se afirma que los sucesos transcurridos
en cada una de las etapas serán los principales determinantes de cómo un
individuo asimilará la muerte de un ser querido, sin embargo, hay que tener en
cuenta que la personalidad y el carácter de cada uno, soportarán y guiarán este
profundo proceso.
Juan Felipe Aragón I.D: U00118505
Mª. Alejandra Salazar I.D: U00113726
Sección 3
Juan Felipe Aragón I.D: U00118505
Mª. Alejandra Salazar I.D: U00113726
Sección 3
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